Biodiversidad y epidemias
Nuestro planeta está ocupado por los ecosistemas más diversos: desiertos, zonas polares, bosques templados, selvas tropicales o arrecifes de coral. En general cuanto más cerca del ecuador, más biodiversidad tienen los ecositemes. Y a más biodiversidad, más complejas son las relaciones tróficas entre los organismos que lo habita. Sin embargo, seguramente la mayoría de los ecosistemas tienen algunas especies denominadas «clave», ya que su importancia es muy grande en relación a su abundancia. La nutria marina (Enhydra lutris), con su actividad predadora, mantiene a raya las poblaciones de erizos de mar, y por tanto, evita que se coman todas las algas. Los perritos de las praderas (Cynomys) construye un complejo sistema de galerías subterráneas que esponjan y drenan el suelo, y ofrecen refugio y espacio de cría a otras especies. El jaguar es un depredador muy versátil, capaz de cazar a más de 80 especies diferentes, en consecuencia, tiene un importante papel regulador de las poblaciones. El castor construye diques que inundan grandes áreas de terreno y transforman profundamente el paisaje. Si cualquiera de estas especies clave extingue, el ecosistema se derrumba. A veces este derrumbamiento afecta directamente nuestra salud. En la costa este de EEUU hay una enfermedad endemica llamada Lyme, que transmiten las garrapatas, y puede causar graves alteraciones neuromusculares y encefalopatías. Los científicos han descubierto es causada por una bacteria, que tiene el reservorio natural en ratones y ardillas terrestres. Cuando el ecosistema es rico y diverso, los depredadores como el zorro, el mapache, el coyote, la zarigüeya o el lince, mantienen a raya las poblaciones de micromamíferos y la garrapata tiene pocos huéspedes de los que infectarse. Pero cuando el ecosistema se fragmenta, se reduce el número de predadores, y por lo tanto aumenta la población de ratones. A más ratones, más garrapatas infectadas, y a través de sus picaduras, más enfermedad de Lyme.
Un ecosistema se podría representar con el juego del Mikado. Cada bastoncillo sería la relación entre una pareja de organismos: un predador y su presa, un herbívoro y la planta, un huésped y el parásito… A medida que los humanos extinguimos especies, es como si fuéramos retirando bastoncillos del Mikado, sin saber qué importancia tiene cada especie, con el riesgo de que eliminemos una especie clave y el ecosistema se derrumbe. En la medida de lo posible, deberíamos conservar intactos los ecosistemas. La biodiversidad es una garantía de estabilidad del ecosistema, pero también de salud para nosotros.