Atados a los nudos
Un nudo es un entrelazamiento estrecho de hilos, cordeles, cuerdas o cintas. Tanto la escalada como la náutica utilizan nudos muy específicos, resistentes y fáciles de hacer y deshacer. El nudo también es una medida de velocidad de navegación y equivale a 1 milla náutica (1.852 m)/h, y debiene en un elemento muy cotidiano de nuestra indumentaria, especialmente en zapatos y corbatas. Podríamos decir que, de algún modo, nuestro cuerpo está constituido por millones de «nudos» minúsculos. Las moléculas se sintetizan linealmente (como cuerdas), y adoptan estructuras tridimensionales (como nudos) para tener funcionalidad biológica. Incluso tenemos «nudos» en la mente, formas estrictas de pensar que nos limitan y permiten plantear acertijos. El nudo gordiano, que según dice la leyenda era imposible de deshacer, fue cortado de un sólo golpe por la espada de Alejandro Magno en el año 333 aC. Es, pues, un ejemplo de pensamiento lateral, de encontrar soluciones más allá de convencionalismos. Vivimos ligados a los nudos pero también hay que saber cuándo romper ataduras.