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Pere Renom

“No te dimos un lugar fijo, ni faz propia, ni un oficio peculiar, Oh Adán!, porque el lugar, la imagen y los empleos que desees para ti, estos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección […] Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo como modelador y escultor propio, más a tu gusto y honra te forjes la forma que prefieras para ti.”

Giovanni Pico della Mirandola - De la Dignitat de l'home

Caos, impredecibilidad y efecto mariposa

publicado el 18.06.2020

El movimiento de un péndulo es de los fenómenos más previsibles que hay. Si conocemos la longitud, podemos calcular con precisión el periodo de oscilación. Sea cual sea la altura desde donde lo lanzamos (amplitud), su período se mantiene constante, como ya observó el astrónomo y físico italiano Galileo Galilei. De hecho, este ingenio es tan preciso que durante mucho tiempo ha sido el mecanismo esencial de muchos relojes.
Pero no todos los péndulos son iguales. Si ahora fabricamos un péndulo de dos piezas, aquella oscilación armónica y regular se convertirá en caótica y completamente impredecible. Uno de los pioneros en esbozar la impredecibilidad de los sistemas complejos, fue el matemático y meteorólogo estadounidense Eduard Norton Lorenz. En 1961, mientras hacía correr un modelo computacional de predicción del tiempo, descubrió que la meteorología depende completamente de ligerísimas diferencias en las condiciones iniciales. Este fenómeno lo llamó poéticamente «efecto mariposa» y lo describió así: el aleteo de una mariposa en Brasil modifica ligeramente el entorno, y a la larga, puede causar un Huracán en EEUU.
Hay muchos otros sistemas complejos que tienen este comportamiento impredecible y caótico, como los meandros de un río, la evolución de la bolsa, o las epidemias, como el Covid-19. No es extraño que ni los mejores modelos matemáticos hayan logrado hasta ahora ningún éxito destacable en la predicción de su evolución. La complejidad es tan grande que el péndulo caótico de dos piezas nos queda corto. Lo deberíamos representar con un péndulo de tres piezas. La oscilación que sigue es endiabladamente variable, pero hipnóticamente atractiva. Lo que nos lleva a otro sistema extremadamente complejo: la mente humana.
En griego antiguo la palabra «psyche» significaba alma, espíritu o aliento, y posteriormente evolucionó para designar la mente, de ahí derivan términos como psicología o psiquiatría. Pero originalmente «psyche» también significaba mariposa. La psique humana es impredecible y probablemente sujeta al efecto mariposa. Un ligero aleteo en una de nuestras neuronas puede desencadenar un pensamiento con potencial para cambiar el mundo.

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